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¿Cómo leo teológicamente a Mateo?


Cuando alguien me pregunta sobre mi papel de mentor de los estudiantes de doctorado, a veces digo medio en broma que es mi trabajo enseñar a leer a los estudiantes de doctorado. Obviamente, los estudiantes de doctorado saben leer y escribir. Algunos eran incluso prodigios que leían con fluidez antes de entrar en la escuela primaria. Sin embargo, me encanta presentar a los estudiantes el texto de Mortimer Adler titulado "Cómo leer un libro" que detalla estrategias para leer un libro que conducen a una mejor comprensión y retención del contenido del libro. Los estudiantes necesitan desesperadamente estas habilidades de lectura mejoradas para tener éxito en un programa de doctorado.


Mateo teológicamente


Aunque es importante aprender a leer libros en general, es mucho más importante que aprendamos a leer bien la Biblia. Y leer bien la Biblia requiere leerla teológicamente. Durante los últimos diez años he concentrado mis estudios en aprender a leer teológicamente los Evangelios, particularmente el Evangelio de Mateo. Al leer "teológicamente" no me refiero a leer Mateo a través de la lente de un credo o confesión en particular (aunque soy fuertemente confesional). Tampoco me refiero a preguntar cómo se relaciona cada narración o párrafo con las diversas categorías de teología sistemática como la eclesiología, la neumatología, la demonología, etc. (aunque valoro mucho la teología sistemática y a menudo empleo esta estrategia de lectura). Me refiero más bien a leer a Mateo como el propio apóstol pretendía que se leyera. Mateo ha llenado su Evangelio con todas las indicaciones e impulsos necesarios para leerlo correctamente.


El título del Evangelio contiene varias de las claves más importantes. Este título muestra que el Evangelio debe ser leído cristocéntricamente. El libro es principalmente sobre Jesús. Aunque las traducciones modernas en inglés suelen identificar el título del Evangelio como algo como "El Evangelio según Mateo", el título original del Evangelio es Mateo 1:1. Noten que sólo un nombre aparece en ese título. Ese nombre no pertenece al autor del Evangelio (Mateo). Ese nombre no pertenece al lector del Evangelio (en mi caso, "Chuck"). Ese nombre es Jesús. Este Evangelio es sobre él de principio a fin. Aunque Mateo contendrá instrucciones que me harán un mejor padre, un ciudadano más productivo, un empleado más eficaz, la primera pregunta que hacemos a un relato en Mateo no debería ser "¿cómo puede esto ayudarme a ser o hacer esto y aquello?" La primera y más importante pregunta debe ser siempre, "¿Qué me dice este texto sobre Jesús?"


Hijo de Abraham


El título de Mateo también introduce al lector en tres de los principales temas teológicos del Evangelio. Los examinaremos en orden inverso. Jesús es el "hijo de Abraham". Esto identifica a Jesús como el descendiente especial de Abraham que fue el foco de una gran promesa al patriarca. En Gen 12:3 Dios prometió a Abraham, "En ti serán bendecidas todas las familias de la tierra". Gen 22:18 y 26:4 explican que esta promesa se cumplirá a través de la descendencia de Abraham. Pedro (Hechos 3:25) y Pablo (Gálatas 3:8) identifican a Jesús como el descendiente que cumple esta promesa. Mateo también lo hace. Dado que Jesús es el descendiente prometido de Abraham que bendecirá a todas las familias de la tierra, no debería sorprendernos que la genealogía de Jesús de Mateo incluya cuatro mujeres gentiles, que los magos gentiles adoren al niño Mesías, que Jesús centre su ministerio en la Galilea de los gentiles y que Jesús alabe la fe de un centurión romano y de una mujer cananea. La identidad de Jesús como descendiente de Abraham que bendecirá a todas las familias de la tierra anticipa la conclusión del Evangelio en el que se ordena a los seguidores de Jesús que hagan discípulos de todas las naciones.


Hijo de David


Jesús es también el "hijo de David". Este título muestra que Jesús es el cumplimiento del pacto de Dios con David en 2 Sam 7:16. Dios levantaría un descendiente de David y establecería su trono para siempre. Jesús es este rey prometido que gobierna sobre el pueblo de Dios por siempre y para siempre. El título de Mateo enfatiza la realeza de Jesús al identificar explícitamente a Jesús como el "Cristo", es decir, el Mesías. Este tema de la realeza de Jesús culmina en el Evangelio con la afirmación "Toda la autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra" (Mateo 28:18).


Dios encarnado


Jesús es también la encarnación del Creador que vino al mundo para realizar el milagro de la nueva creación. Aunque la RVR1960 traduce la primera frase de Mateo 1:1 como "Libro de la genealogía de Jesucristo", el texto original griego utiliza una frase que literalmente significa "libro de origen" o incluso "libro de la génesis". Esta es la misma expresión usada por los antiguos hablantes de griego como título del primer libro de la Biblia. Esta es también la misma frase usada dos veces en el Antiguo Testamento griego para describir los relatos de la creación, la creación de los cielos y la tierra (Gn 2:4) y la creación de la humanidad (Gn 5:1). Mateo describe su Evangelio como un "relato de la creación" y la frase "de Jesucristo" muestra que Jesús es el que realiza esta creación. Jesús mismo muestra el significado de esta expresión más tarde en Mateo 19:28 cuando describe la era mesiánica como un nuevo Génesis, una nueva creación (NBLA: "regeneracion"; NVI: "renovación de todas las cosas").


Jesús es el que hará nuevas todas las cosas (Apocalipsis 21:5), el que restaurará la creación a la perfección original de la que gozaba antes de que el pecado entrara en el mundo con todos sus efectos devastadores. El poder de Jesús para realizar el milagro de la nueva creación atestigua su identidad como Emanuel (Mateo 1:23), Dios con nosotros. El título del Evangelio describe así a Jesús como la encarnación de la Deidad que hará nuevas todas las cosas, el Rey que gobernará sobre el pueblo de Dios para siempre, y el Salvador que traerá las bendiciones de la salvación a todas las naciones. Este título muestra que el Evangelio es ricamente teológico.

Comentario esclarecedor


Otro rasgo del Evangelio de Mateo muestra que el relato de la vida y la enseñanza de Jesús debe ser entendido con el trasfondo del Antiguo Testamento. Mateo repetidamente le dice al lector algo acerca de Jesús y luego explica que esto cumplió una importante promesa del Antiguo Testamento . Esto demuestra que Mateo no debe ser leído en forma aislada del resto de las Escrituras, sino como parte de una revelación más amplia de Jesús. El Antiguo Testamento sirve como un comentario sobre la vida de Jesús y la vida de Jesús es a su vez un comentario iluminador sobre el Antiguo Testamento.


Aunque me crié en iglesias que tenían un fuerte compromiso con la Biblia, debo confesar honestamente que no aprendí a leer realmente la Biblia hasta que asistí al seminario. Antes del seminario, leía la Biblia devotamente. Para mí eso significaba asociarme con uno de los personajes de la historia. Mi falsa suposición, que ahora parece escandalosamente arrogante, era que la historia era en gran parte sobre mí. Ahora estoy convencido de que la Biblia debe ser leída teológicamente como un libro principalmente sobre Dios, no sobre mí. He descubierto que una lectura teológica de la Escritura no es menos sino más "devocional" que mi antiguo enfoque. A medida que descubro la gloria y majestad de Dios revelada en una página tras otra de la Biblia, me veo obligado a adorarle y a dedicarme a Él como nunca antes.


Traducido con permiso de Credo Magazine

 

Charles Quarles (Ph.D., Seminario Teológico Bautista Mid-America) es profesor de investigación de Teología Bíblica y Nuevo Testamento y presidente Charles Page de Teología Bíblica.

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